jueves, 30 de abril de 2009

Se necesita solo de un minuto para que te fijes en alguien,
una hora para que te guste,
un dia para quererlo,
pero se necesita de toda una vida para que lo puedas olvidar.

viernes, 17 de abril de 2009

she used to be sitting there for hours...
she used to sit there just to talk him about everything,
about colours, nature, arts...
she used to smile when he appears on the window, whit the sun on his face...
she used to love him... did she?
that's sure.
maybe she didn't make things very well...
maybe she had mistakes.
but now that all the old times are gone she noticed that her life will never be the same,
she's waiting... she's dreaming...
all her thoughts are conentrated in him,
and she perfectly remembers his voice, his eyes, his words...
all the moves he did, all the things he said, all the afternoons they've spent together...
she remembers it all.
she can't resist to go out all nights to see the moon on the sky and think about him,
one of the latest things she told me was "you know? it's nice to know you have someone next to you, being your shoulder and lending it to you when you want to cry...
and when you loose it you don't know what to do.
I feel my mistakes will be paid with this pain, or I hope so, 'cause I can't find any other way yo carry on..."
and she stoped breathing.
Propiedad de © maar =)

martes, 14 de abril de 2009

'Cause I saw the end before we'd begun,




Yes, I saw you were blinded and I knew I had won.

domingo, 12 de abril de 2009

Leyenda de los huevos de pascua

La tradición de los “huevos de Pascua”

El origen de esta costumbre viene de los antiguos egipcios, quienes acostumbraban regalarse en ocasiones especiales, huevos decorados por ellos mismos. Los decoraban con pinturas que sacaban de las plantas y el mejor regalo era el huevo que estuviera mejor pintado. Ellos los ponían como adornos en sus casas.
Cuando Jesús se fue al cielo después de resucitar, los primeros cristianos fijaron una época del año, la Cuaresma, cuarenta días antes de la fiesta de Pascua, en la que todos los cristianos debían hacer sacrificios para limpiar su alma. Uno de estos sacrificios era no comer huevo durante la Cuaresma. Entonces, el día de Pascua, salían de sus casas con canastas de huevos para regalar a los demás cristianos. Todos se ponían muy contentos, pues con los huevos recordaban que estaban festejando la Pascua, la Resurrección de Jesús.


Leyenda del “conejo de Pascua”

Su origen se remonta a las fiestas anglosajonas pre-cristianas, cuando el conejo era el símbolo de la fertilidad asociado a la diosa Eastre, a quien se le dedicaba el mes de abril. Progresivamente, se fue incluyendo esta imagen a la Semana Santa y, a partir del siglo XIX, se empezaron a fabricar los muñecos de chocolate y azúcar en Alemania.
Esto dio orígen también a una curiosa leyenda que cuenta que, cuando metieron a Jesús al sepulcro que les había dado José de Arimatea, dentro de la cueva había un conejo escondido, que muy asustado veía cómo toda la gente entraba, lloraba y estaba triste porque Jesús había muerto.

El conejo se quedó ahí viendo el cuerpo de Jesús cuando pusieron la piedra que cerraba la entrada y lo veía y lo veía preguntándose quien sería ese Señor a quien querían tanto todas las personas.

Así pasó mucho rato, viéndolo; pasó todo un día y toda una noche, cuando de pronto, el conejo vio algo sorprendente: Jesús se levantó y dobló las sábanas con las que lo habían envuelto. Un ángel quitó la piedra que tapaba la entrada y Jesús salió de la cueva ¡más vivo que nunca!

El conejo comprendió que Jesús era el Hijo de Dios y decidió que tenía que avisar al mundo y a todas las personas que lloraban, que ya no tenían que estar tristes porque Jesús había resucitado.
Como los conejos no pueden hablar, se le ocurrió que si les llevaba un huevo pintado, ellos entenderían el mensaje de vida y alegría y así lo hizo.

Desde entonces, cuenta la leyenda, el conejo sale cada Domingo de Pascua a dejar huevos de colores en todas las casas para recordarle al mundo que Jesús resucitó y hay que vivir alegres.


lunes, 6 de abril de 2009


Hello again, it's you and me

Kinda always like it used to be

Sippin' wine, killing time

Trying to solve life's mysteries
How's your life?, it's been a while

God it's good to see you smile

I see you reaching for your keys

Looking for a reason not to leave

-

The things I do for love.

When words became unimportant
That was when I understood
I was happy to have met you.
And somewhere in that time,
Silenty and softly, like feathers,
The snow began to fall.